Una noche una pareja de mayorcitos estaban acostados en su cama. El marido se estaba quedando dormido, pero su mujer se sentía romántica y quería conversar.
“Cuando me enamorabas, me cogías de la mano...”
De mala gana, el marido se dio media vuelta, le cogió la mano por unos segundos y luego trató de dormirse otra vez.
“Entonces me besabas...”
Algo molesto, se dio media vuelta otra vez y le dio un ligero beso en la mejilla y luego se acomodó para dormirse. A los treinta segundos, ella le dijo:
“Luego tú me mordías el cuello...”
Molesto, el marido tiró la ropa de cama y se levantó. “¿A dónde vas ahora?”, le preguntó ella. “¡¡¡Joder, a buscar los dientes…!!!”
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