martes, 3 de abril de 2012

Mujeres de cincuenta-y-tantos

Al teléfono:

-Hola!! Cuéntame... ¿Cómo te fue con tu cita de la otra noche?
-¡Horrible! ¡No sé qué pasó!
-¿Por qué? ¿No te dio ni un beso?
-Si!!! Me besó muy intensamente y me mordió los labios hasta que pensé que se me iba a explotar el implante de colágeno... Entonces me acarició el pelo y se me salieron unas extensiones que tenía.
- ¡No me digas que terminó ahí!
- Nooo...!! Después me tomó la cara entre sus manos, y le tuve que pedir que no lo hiciera más, porque me estaba aplastando el bótox, además, que mis pestañas postizas se le quedaron pegadas en la nariz.
- ¿Y no intentó nada más...?
- Sí... se puso a acariciarme las piernas y lo frené. porque me acordé que no había tenido tiempo para depilarme... Al tratar de detenerlo, se me salieron dos de las uñas postizas. Después le entró un arrebato de lujuria impresionante y me abrazó tan fuerte que casi se le quedan mis prótesis de las nalgas en las manos y casi me revienta los implantes de silicona de mis senos.
- ¿Y después qué pasó?
 - Que se puso a beber champaña en mi zapato!
- Ay... qué romántico!!!
- ¿Romántico...? por poco se muere.
- ¿Por qué?
- Porque se tragó el corrector del juanete que estaba adentro y casi se ahoga.
- ¿Y después qué paso?
- Puedes creerme que se fue...? ¡¡Para mí que era maricón!!

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